La mayoría de los pólipos que se encuentren durante la colonoscopia se pueden eliminar por completo durante el procedimiento.
Hay disponibles varias técnicas de eliminación; la mayoría involucra cortarlos con un alambre, con fórceps para biopsia y/o quemar la base de los pólipos con corriente eléctrica. Esto se llama resección de pólipos.
Debido a que el revestimiento de los intestinos es insensible a los cortes o quemaduras, la resección de pólipos no causa incomodidad. Los pólipos resecados se examinan luego en el microscopio para determinar el tipo de tejido y para detectar cualquier tipo de cáncer.
Si se elimina un pólipo grande o que se ve extraño, o se deja para una posible cirugía, el endoscopista podrá marcar el sitio inyectando pequeñas cantidades de tinta china en la pared del intestino.
A esto se le llama “tatuaje endoscópico”.
Agenda una consulta de valoración.