Durante la endoscopia superior es posible que el médico comience por administrarle un anestésico local en la garganta, o bien que le dé un sedante para ayudarlo a relajarse.
Luego, usted se recuesta de costado y el médico le inserta el endoscopio a través de la boca, hasta llegar al interior del esófago, el estómago y el duodeno.
El instrumento no interfiere con la respiración.
La mayoría de los pacientes consideran que sólo provoca una ligera incomodidad, y muchos se quedan dormidos durante el transcurso del estudio.
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